¿Qué vinos bebían los Romanos?
El protropo se sacaba del zumo obtenido del aplastamiento de la uva por presión espontánea: un vino muy suave que se bebía después de cocido.
El preliganeo procedía de uvas de maduración precoz, recogidas sin prestar atención a su calidad.
El tortivo era producto del mosto extraído del prensado de hollejos casi agotados.
El prefamino se ofrendaba a los dioses para propiciar una buena vendimia y, naturalmente, se trataba del mejor y más selecto de los vinos.
El vino resinado o impeciato se preparaba añadiéndole resina para lograr una conservación mejor y más prolongada.
Los vinos secondi eran los del segundo prensado, obtenidos añadiendo agua a los hollejos y haciéndolos fermentar. Había tres tipos: el primero se producía añadiendo bastante agua y dejándolo fermentar una noche entera; para el segundo se mezclaban un tercio de agua y dos tercios de hollejos y se concentraba mediante cocción; el último, el vin fecato, se preparaba con las heces del vino. Ninguno de estos vinos podría envejecer ni siquiera un año, según afirma Plinio.
El defruto era un vino dulce, y cocido, obtenido al hervir el mosto hasta que se reducía en alrededor de dos tercios.
El vin passo era, también, un vino dulce que se obtenía pisando la uva secada al sol sobre cañizo.
El pueblo romano amaba sobremanera el vino dulce, hasta el punto de que se distribuía una bebida peculiar llamada mulsum, de consistencia pegajosa, producida añadiendo miel al vino (hasta 250 gramos por litro) y servida junto con aperitivos. Los romanos bebían también vino salsi, o salado, hecho con uvas secadas al sol y mezcladas luego con agua de mar. El uso del agua de mar era muy habitual, ya que daba al vino mejor sabor y aumentaba el ritmo de maduración.
Los “enólogos” romanos también habían puesto a punto una suerte de mosto permanente en el que la fermentación se inhibía sumergiendo las ánforas en agua fría durante todo el invierno. El semper mustum, como se le llamaba, se utilizaba para endulzar los vinos muy secos.
Le gusta cocinar con los mejores ingrediente y utilizar los mejores utensilios de cocina. Aprendió a cocinar en MasterClass de la mano de los mejores chefs del mundo como Gordon Ramsay, Thomas Keller y Massimo Bottura. Desde el año 2010 se inició en el mundo del vino y las bebidas espirituosas, donde descubrió que sus vinos favoritos son los de Napa Valley, California, Estados Unidos.